A PROPÓSITO DE LA FOTOGRAFÍA
Voy a sobrevolar alrededor del entendimiento de la luz, de la fotografía y de su herramienta principal (la cámara-ojo). Intentaré dar luz en la oscuridad.
Génesis 1:1-3:
- En el principio, Dios creó el cielo y la tierra.
- Pero la tierra estaba desierta e informe; y tinieblas, sobre la faz del abismo...
- Y dijo Dios: "Hágase la luz"; e hízose la luz.
Normalmente decimos que algo "sale a la luz" o que "se saca a la luz" cuando se hace explícito, cuando nos damos cuenta de lo que realmente sucedió. En el Libro VII de "La República" Platón saca a la luz un diamante en bruto, la Alegoría de la Caverna:
"Imagina una especie de cavernosa
vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho
de toda la caverna y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el
cuello de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las
ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en
plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto; y a lo largo del
camino suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre
los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas".
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Ilustración gráfica sobre la Caverna de Platón. |
Sin entrar en muchos detalles (dado el amplio conocimiento de esta metáfora), podríamos simplificar su planteamiento en cuatro fases:
- La percepción dentro de la caverna.
- La huida de la caverna.
- La percepción fuera de la caverna.
- La vuelta (o no) a la caverna.
Solo necesitamos estas cuatro patas de un banco. Con ella vamos a descifrar el epicentro, las claves y la naturaleza de la fotografía e incluso, tras haceros reflexionar, espero inspiraros el planteamiento de nuevos horizontes y misiones con ella.
Veamos:
HACIA LA LUZ FOTOGRÁFICA
ESTADIO I
La percepción dentro de la caverna
Para hacer fotografía necesitamos una cámara. Para entender el funcionamiento de una cámara necesitamos comprender el proceso físico de la entrada de luz a una caja oscura. La cámara, no es más que eso, una caja oscura cegada a la que le entra luz por una rendija. De ahí su origen como cámara oscura.
Y en esencia, este proceso coincide de lleno con la percepción de la realidad dentro de la caverna de Platón. Allí, con nuestra interpretación (torpe y subjetiva) las sombras de las formas pueden ser:
- Las fotografías imaginadas incluso antes de coger una cámara.
- Nuestras visiones a través del visor y previas al disparo.
- Nuestras obras finales.
- O incluso nuestras fotografías ausentes pero guardadas en nuestra memoria.
Este estadio tan elemental es fundamental. Si pretendemos realizar fotografías debemos entender nuestra cámara (sea cual sea). Comprender el proceso de entrada de la luz en ella es un prerrequisito ineludible. Solo desprendiéndonos de la consulta de manuales o tutoriales, sólo con un manejo constante a base de ensayo error nos convertiremos en expertos del uso tecnológico hasta conseguir que la cámara sea una proyección de nuestro ojo. Sólo entonces podremos plantearnos el salto al siguiente estadio.
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Ésta es la primera fotografía de la historia; fue realizada con una cámara oscura. Se necesitaron unas 8 horas de exposición de luz. Point de vue du Gras. Niépce. 1826.
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La luz adentrándose en la caverna o la comprensión de una cámara oscura. |
ESTADIO II
La huida de la caverna
Como decíamos, sabiendo manejar con pericia una cámara estaremos dispuestos a liberar al prisionero que narrativa y lumínicamente llevamos dentro. Es entonces cuando nos centraremos en un objetivo fotográfico y no en seguir trasteando una máquina que no comprendemos.
Es el momento de contemplar el fuego de la caverna. Los prisioneros piensan que es la única luz existente. Nada más lejos de la realidad. Existen otras posibilidades lumínicas, tantas como infinitas.
Ahora, debemos contemplar la llama del fuego como hambre. Como hambre insaciable por ofrecer ingeniosas visiones vehiculares para nuestros particulares foto mensajes. Solo desatados y libres podremos encontrar respuestas que nos permitan expresarnos con sinceridad.
Metafóricamente, y volviendo a la Caverna de Platón, el símil es bien claro, concretamente estamos instalados en el momento en el que el prisionero se despoja de sus ataduras y se asoma al encuentro de nuevos halos de luz que poderosamente le llama la atención por desconocimiento.
Y entonces se produce la primera salida fotográfica. O si mantenemos bien la llama podremos ver cada salida fotográfica que volvamos a realizar, tan apasionante como la primera.
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La Liberté guidant le peuple. Eugène Delacroix. 1830. |
La percepción fuera de la caverna
Ahora andamos inmersos de lleno en la salida de nuestra particular caverna. Estamos en medio de la senda hacia la naturaleza real, allí donde la luz ya no sólo es artificiosa quemando leña sino que también es inmensa mediante:
- La mayor o menor presencia de rayos ultravioletas.
- La mayor o menor incidencia del reflejo del sol sobre la luna.
- O la mayor o menor intensidad de otras luces artificiales que apliquemos.
Entonces, se nos abren de par en par las puertas de la búsqueda a la hora de fijar:
- El equilibrio de la balanza de luz.
Y no solo de la luz. También, fuera de la caverna, empezaremos a fijar otros elementos como por ejemplo:
- El cacho de realidad que necesitamos para expresarnos.
- La distancia desde donde disparamos.
- Y el ángulo ocular con el que miramos.
Es decir, empezaremos a fijar encuadres.
Y así con el resto de elementos que intervengan en el disparo de una fotografía.
Desde lo más básico iremos fijando y fijando hasta encuadrar no sólo encuadres, sino también nuestro propio estilo fotográfico. Estilo fotográfico que deberá ser único a través de los infinitos campos por explorar que existen fuera de la caverna, con infinitas disciplinas fotográficas inventadas o aún por idear y que esperan ansiosas nuestro particular toque de contemporaneidad.
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Nosotros/as dentro del proceso creativo de una salida fotográfica. |
ESTADIO IV
La vuelta (o no) a la caverna
Y finalmente, por medio de todo este recorrido, realizándolo de manera natural y dándole tiempo al tiempo para disfrutar del proceso, llegará el momento para tomar la decisión clave.
¿Qué tipo de fotógrafo ser? Un alma encadenada o un alma libre.
Este juicio nunca deberá llegar a la ligera, más bien debe tomarse como "El Pensador" de Rodin. Si queremos que nuestra fotografía sea una más, tan sólo necesitaremos volver a la caverna, encadenarnos y convertirnos nuevamente en rebaño; acabaremos siendo más consumidores que creadores.
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¿Volver o no volver a la caverna? He ahí la cuestión. |
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La percepción hacia fuera de la caverna. De frente a la luz. Con el Pensador de Rodin. Autorretrato. Miguel José Ávalos. |
Pero también existe otro camino, el de la huída libre hacia nuestra propia naturaleza, el recorrido de la senda que nos dirige hacia el tipo de luz que más nos gusta, con el propósito de usarla a nuestro antojo (ya sea de la forma más simple o con una y mil técnicas combinadas).
De esta forma tendremos muchas posibilidades de ser dueños de nuestro destino fotográfico.
Como conclusión, podemos interpolar los elementos de la Alegoría de la Caverna de Platón con los elementos del proceso fotográfico, podemos ser libres o prisioneros. Y la fotografía puede tener la llave de todo. Que cada cual relacione, entienda y haga en consideración.
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